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ONE PIECE FAN LETTER

SER FAN DE ONE PIECE ES LO MEJOR QUE HAY

¡Zarpemos!

 

957, 982, 1015, The Peak, UUUUUS! y Fan Letter. Qué tiene en común todo esto, te preguntarás. La respuesta es bien sencilla: Megumi Ishitani, una mujer cuyo excelso trabajo ha revolucionado el anime de One Piece y que nos ha dejado con los ojos vidriosos y una sonrisa en los labios.

Hace ya tres años quedamos asombrados con el capítulo 957 y la secuencia de los shichibukai, un momento con en el que pudimos poner a Ishitani en el mapa por primera vez (al menos yo, tampoco soy extremo conocedor del staff de Toei Animation, ya sé que ha trabajado en más series antes) debido a lo absurdamente trabajado que estaba para la poca relevancia que a priori tenía. El 957 es un capítulo con un ritmo, fluidez y decisiones artísticas que pocas veces habíamos visto antes en la serie (sobre todo después de lo que tuvimos que tragar con Dressrossa y Shabaody/Isla Gyojin). Este gran capítulo dio esperanzas al fandom de que quizás ciertos momentos de gran carga emocional y tremendamente esperados podían llegar a ser espectaculares en el futuro.

Unos meses después tocó volver a deshacerse en alabanzas hacia la directora con el capítulo 982, un episodio repleto de escenas épicas, peleas visualmente muy llamativas y de nuevo, una constante de buenas decisiones de diseño que consiguieron mantenernos al borde de la silla (sobre todo durante la segunda parte del capítulo, la primera fue un poco lo de siempre). Personalmente, la escena del brindis es de mis favoritas, al igual que la de Kinemon animando a los samurái y decretando el inicio del asalto. Ambas secuencias llevan consigo y dejan explotar las emociones que todos llevábamos dentro durante cientos y cientos de episodios y significan el inicio del momento álgido de una de las sagas más especiales y decisivas de la serie. 

Para hablar del 1015 es necesario lavarse la boca, ponerse en pie y llevarse la mano al corazón porque es fácilmente el mejor capítulo que ha tenido One Piece en sus más de 25 años de emisión. Ya no estamos hablando de que la segunda parte es excelente o de que contenga varias secuencias preciosas, estamos hablando de que son 23:50 minutos de levantarse y aplaudir. Es un capítulo que de principio a fin va a tope, sin frenar un segundo y dejándonos secuencias para no olvidar jamás. Es un capítulo del que casi me cuesta escribir sin llorar al recordar la conversación y despedida de Ace y Yamato, la escena en la que Yamato une las historias de Luffy y Roger gracias a su sueño o la aparición estelar del usuario de la Gomu Gomu frente a la alianza de los dos yonkou para salvar a su amigo Kinemon y los vainas rojas ya derrotados, mientras nos ponen un repaso de la historia desde Zou pasando por Whole Cake y Wano para finalizar con uno de los momentos más épicos de One Piece. Es un episodio para el recuerdo al que pocas pegas puedo poner y al que es sencillo tildar de simplemente PERFECTO.

Tras esta obra de arte, hemos vuelto a tener a Megumi Ishitani como artista de storyboard en varios capítulos, pero su aportación más visible han sido los opening 25 "The Peak" y 26 "UUUUUS!", que corresponden al último de la saga de Wano y al primero de Egghead. The Peak es, como su propio nombre indica, un festival (literalmente) de luces, felicidad y buen rollo que se siente (y es) como una celebración por haber llegado hasta aquí y es un tema perfecto para cerrar el arco y la saga con la que llevábamos desde el jodido 6 de enero de 2013 cuando la tripulación llegó a Punk Hazard por primera vez. Con UUUUUS! volvemos a tener el mismo tipo de animación loca que antepone la fluidez del movimiento al realismo del dibujo, creando personajes flexibles y profundamente expresivos en cada frame, adornado con una espectacular paleta de colores que tira hacia tonos pastel y que le da muchísima personalidad. Además de todas las cualidades técnicas, es un opening con infinitas referencias al lore de la serie, demostrando la enorme cantidad de cariño que se está poniendo en la creación de One Piece durante los últimos años.

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todos podemos tener una aventura

Todos estos trabajos previos de Megumi Ishitani nos llevan al 4 de octubre de 2024 y días cercanos, unos días en los que One Piece tuvo varios anuncios. Por un lado se informó que el anime entraría en hiatus hasta abril de 2025, por otro que el manga descansaría dos semanas y se anunciaron un remaster de la saga de Isla Gyojin y One Piece Fan Letter, una adaptación a anime de una novela spin-off llamada One Piece novel: Historias de los Sombrero de Paja, la cual se lanzó para celebrar los 25 años de la emisión del anime. Este cortometraje cuenta con la dirección de Megumi Ishitani, lo cual hizo que las redes estallaran de alegría al ver el retorno a la serie de la persona que más cosas bonitas nos ha entregado últimamente, sobre todo en un papel tan importante. Por fin, le habían encargado a Ishitani un proyecto exclusivamente a ella y lo que nos ha devuelto es una de las mayores maravillas del medio. One Piece Fan Letter es un soplo de aire fresco, es un ejercicio de libertad creativa (toda la libertad que puede dejar una adaptación de una novela) y es un corto que respira One Piece por cada uno de sus frames.

El capítulo nos lleva de de vuelta a Shabaody tras los dos años, al día señalado en el que la tripulación del sombrero de paja volvería a aparecer. Sin embargo, ellos no son los importantes, ya que todo se centra en una serie de personajes cuyas historias se entrelazan y que a su vez se desarrollan gracias a los mugiwara. Fan Letter nos muestra una perspectiva completamente diferente del mundo de One Piece, nos enseña el punto de vista de la gente normal con vidas cotidianas. En esta serie estamos acostumbrados a ver espectaculares peleas entre personajes con poderes inimaginables pero, ¿cómo ven las personas de a pie a estos monstruos? ¿Qué opinan sobre ellos? ¿Los odian o los aman? ¿Los ven como héroes o como malvados villanos? ¿Cómo conviven con ellos? One Piece Fan Letter se esfuerza en mostrarnos como para la gente estas personalidades son entidades lejanas, como nos pueden parecer a nosotros los actores o los deportistas de renombre. Estos poco más de veinte minutos nos permiten reflexionar sobre esto dejándonos una capítulo cargado de referencias, de situaciones divertidas y de momentos de esos de señalar a la pantalla y recordar aquella vez en la que viste los capítulos de Marineford, Shabaody o cualquiera de los demás que terminan siendo referenciados. Film Letter es Megumi Ishitani diciéndonos constantemente "¿Te acuerdas? Nosotros también" (aparte del hecho de traer de vuelta el opening 15 cantado por los seiyuu de los mugiwara, que es para matarse)

"Incluso en momentos así, la mayoría de la gente no aspira a ser pirata ni a perseguir el One Piece"

EN UN MUNDO DE MONSTRUOS, ELLA ME DA ESPERANZAS

No puedo recalcar lo suficiente esta idea que tan central me parece en One Piece Film Letter: la normalidad que vemos semana a semana tanto en el manga como en el anime en realidad es algo absurdamente lejano para la población del mundo de One Piece. Me encanta la forma en la que el capítulo nos pone en el punto de vista de la muchacha o del hermano mayor y nos cuenta por qué admiran a Nami y a Luffy, porque para ellos son eso, figuras lejanas imposibles de alcanzar pero cuyas acciones han supuesto cambios en sus vidas. Nami ha demostrado a la chica que aún sin tener poderes quasi divinos (a ojos de personajes normales) se puede vivir con libertad y buscar nuestros propias aventuras y el último intento de Luffy de rescatar a Ace le dio el valor que necesitaba al hermano mayor para salvar al pequeño pese a su propia debilidad tanto física como emocional. Los piratas son los enemigos, son los malvados, pero también son capaces de mover los corazones de la gente.

Por otro lado, me gustó mucho algo tan simple como ver las calles de Shabaody y a la muchacha ir escurriéndose por callejones y atajos o la tienda de libros. Son espacios a los que en One Piece no se les presta ninguna atención porque realmente tampoco tienen mucho que aportar. En la serie original los escenarios son sitios como Onigashima, Ennies Lobby o Impel Down, lugares gargantuescos que parecen resultar normales y accesibles a ojos de los mugiwara.

Sin embargo, Fan Letter nos muestra la plaza de Marineford congelada y a los hermanos a punto de morir, rodeados de colosales fragmentos de hielo y a merced de los ataques  tanto de aliados como de enemigos. Es una situación que claramente sobrepasa a los marines normales, que poco o nada tienen que hacer contra Mihawk o Crocodile. Normalmente los vemos como carne de cañón que es derrotada en decenas y no les prestamos atención y aquí nos ponen a su altura: nosotros SOMOS ELLOS. El plano de los dos marines escondidos con uno de ellos estando muerto o casi es un reflejo de toda esta idea. Son dos soldados rasos sin ningún tipo de poder perdidos en una guerra inmensa donde los grandes combatientes ni siquiera van a reparar en ti. Da igual si vives o mueres, no significas absolutamente nada, ellos viven en una dimensión diferente. 

Quizás realmente es una idea muy sencilla y que no tiene mucha más vuelta de hoja y yo estoy intentando hacer de ella un mundo, pero lo cierto es que todas estas pequeñas interacciones me hicieron sentir el pecho calentito. Al igual que nosotros, las gentes del mundo de One Piece también hacen tierlist de los más poderosos y discuten sobre quién es su pirata favorito. Estos personajes destacan por sus poderes y sus personalidades y son como estrellas lejanas, pero a veces, podemos encontrarlos en librerías, en la calle o en un concierto. No están a nuestros alcance, pero sus acciones pueden hacer cambiar nuestras vidas.

Más bonito que el (dios del) sol 

Ya he hablado un poco de los temas que trata One Piece Fan Letter, así que solo queda tratar un poco el elefante en la habitación: la absoluta brutalidad que es la parte artística y la animación. La verdad es que me declaro bastante fan de esta idea de sacrificar cierta "fidelidad" en el dibujo para lograr fluidez y flexibilidad en los movimientos. Está muy bien lo de crear personajes turbo estéticos y detallados hasta el infinito pero sinceramente, a One Piece le viene bien este aspecto algo más tontorrón, con colores más planos y con movimientos más exagerados. Puede parecer que todo esto implica que haya elementos "descuidados" pero la realidad es totalmente la opuesta: todo esto mimado de una manera exagerada. La iluminación de este capítulo es preciosa, la manera en la que caen las sombras, las fuentes de luz como la lámpara del bar, los disparos de los Pacifistas o el ambiente que se genera en la tienda en la escena del hermano mayor y la muchacha. Otro elemento que me ha fascinado han sido los líquidos y en especial el agua de este capítulo. Las escenas que incorporan el mar o sangre y cómo estas se mueven y fluyen es bastante bonito y queda muy bien cohesionado con todo lo demás. Pero sobre todo me ha encantado el movimiento de los personajes. Cómo caminan, cómo corren, cómo gesticulan. Tampoco soy especialista en animación 2D así que no sé exactamente por qué me resulta tan llamativa la manera que tienen de moverse, no sé si son los tiempos, los frames usados o qué, pero cada secuencia es fascinante (la persecución de la niña en el barco o Luffy derrotando al Pacifista son de llorar). 

La viveza de los colores, el uso que realiza de la música en los momentos clave (gran parte de la música parece compuesta en especial para este capítulo porque no recuerdo haberla escuchado previamente exceptuando algún tema clásico) y una realización estratosférica con transiciones preciosas entre secuencias dotan a todo el capítulo de un ritmo frenético, combinándose para dar lugar a una experiencia visual que hace que sea de esas cosas que da hasta rabia que sean tan buenas. Todos los elementos se unen y trabajan para una misma causa: generar sensación de aventura, ser vacilón, ser divertido y sobre todo, ser libre.

One Piece Fan Letter condensa en 24 minutos todo lo que es One Piece, todo lo que amamos de esta serie y nos entrega en mano una carta de amor perfecta que personalmente, guardaré toda la vida.

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